Desde el equipo de orientación os proponemos para hoy un cuento para trabajar la Inteligencia Emocional. Podéis hacerlo más vivencial cogiendo una manzana y cortándola tal y como dice la historia (de forma transversal).¿Qué tiene la manzana dentro?... Esperamos que reflexionéis y disfrutéis de este cuento con vuestros hijos.
Mucho ánimo y recordad... ¡TODO VA A SALIR BIEN!
La historia comienza así…
Había una vez una manzana que siempre había querido
ser una estrella. Nunca quiso ser una manzana. Se pasaba los días pensando,
ilusionada, cómo sería una vida brillando desde el cielo.
Cada mañana, sus compañeras manzanas la invitaban a
unirse a sus charlas y conversaciones divertidas, pero la manzana, nunca quería
participar, sólo deseaba ser una estrella.
Un buen día, viendo a una de las ovejas del pastor
que balaba hacia el cielo, la manzana le preguntó:
— ¿Ovejita, tú sabes dónde duermen de día las
estrellas?
La ovejita, sonriendo, le dijo:
— ¿Acaso no sabes, querida manzana, que las
estrellas están en el cielo día y noche? La gran luz del sol no nos permite
verlas, pero ahí están, en el infinito cielo, siempre con luz.
A la pobre manzana le entraron muchas más ganas
todavía de ser una estrella en lo del alto cielo, y tener siempre luz. Pero era
una manzana, y eso la ponía muy triste.
Otro día la manzana le preguntó a la ardilla, que
saltaba de una rama a otra del manzano:
—Dime, ardilla, ¿las estrellas se mueven o están
siempre en el mismo lugar?
La ardilla, sonriendo, le dijo:
— ¿Acaso no sabes, querida manzana, que las
estrellas se desplazan recorriendo todo el firmamento y a gran velocidad?
—Eso es así—confirmó el caracol.
Con cada cosa nueva que aprendía la manzana sobre
las estrellas, le entraban muchas más ganas de convertirse en una de ellas.
Pasó la primavera y la manzana fue creciendo y
madurando, triste, ansiando convertirse en estrella. No era feliz.
Llegó el verano, y un día, una familia se acercó
hasta el manzano para organizar un picnic bajo su sombra.
Mientras preparaban la merienda, el padre de
familia zarandeó el tronco del árbol para conseguir algunas manzanas.
Varias cayeron al suelo, entre ellas, la triste
manzana que quería ser estrella.
La hija de la familia la cogió y la olió.
Estaba feliz de haber encontrado una manzana tan
hermosa para merendar.
—Mamá, ¿puedo cortarla?
—Claro cariño, pero hazlo con cuidado.
La niña, que no sabía muy bien cómo cortar una
manzana, la tumbó sobre el plato con el rabito hacia un lado y la partió en
dos.
Cuando separó los dos trozos, la niña se quedó
asombrada al ver la estrella de seis puntas que aparecía en el corazón de la
manzana. Emocionada, dijo a sus padres:
— ¡Mirad, mirad, qué maravilla! Aquí hay una
estrella.
La manzana había vivido triste toda la vida sin
darse cuenta de que dentro de sí guardaba una hermosa
estrella y de que, para mostrarla, tenía que abrirse y brindarse a los
demás.
Y colorín colorado este cuento se ha acabado.
* Esta es una versión adaptada del cuento del mismo nombre del PIIE.
* Esta es una versión adaptada del cuento del mismo nombre del PIIE.
Gracias por esta historia, hay personas que les pasa como la manzana, tienen estrella y no lo saben. Muac.
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